por Mauricio Murillo
Como líder de negocio, usted gestiona a través de indicadores clave. Las plataformas SIQAL y SIDIL de la STPS no son meramente herramientas de fiscalización; son una nueva y crítica fuente de datos para su dashboard de riesgos estratégicos. Ignorar sus señales es aceptar un punto ciego en la salud de su cultura organizacional, su exposición a pasivos y su capacidad para competir por el talento.
Desde la AMTID, instamos a los líderes a traducir el cumplimiento del teletrabajo en el lenguaje del C-Suite. No se trata de un checklist de RH; se trata de KPIs de gobernanza corporativa.
KPI #1: Pasivo regulatorio cuantificable (PRC): Este es el indicador más directo de su exposición financiera. Se calcula multiplicando el número de teletrabajadores en situación de incumplimiento por el valor promedio de las sanciones estipuladas en la Ley Federal del Trabajo. Un PRC elevado no solo impacta el flujo de caja en caso de una multa; es un dato que agencias calificadoras y fondos de inversión consideran cada vez más al evaluar los criterios de ESG (Ambiental, Social y de Gobernanza). Una gobernanza laboral deficiente es un riesgo material que afecta la valuación de la empresa.
KPI #2: Índice de erosión de la marca empleadora (IEME): Las quejas presentadas a través de SIQAL son datos públicos en potencia y un termómetro de la fricción interna. Un IEME alto, medido por el volumen y la severidad de las quejas, es un indicador adelantado de la rotación de personal10. Considerando que el costo de reemplazar a un trabajador especializado puede superar el 150% de su salario anual, este KPI tiene una correlación directa con la rentabilidad. En la batalla por el talento, una mala reputación en el cumplimiento de las condiciones de teletrabajo es un lastre competitivo.
KPI #3: Tasa de habilitación del crecimiento flexible (THCF): Este es su indicador de agilidad estratégica. Mide el porcentaje de su fuerza laboral que puede transitar a un modelo de teletrabajo de forma segura, legal y eficiente en cualquier momento. Una tasa baja significa que su operación es rígida y vulnerable a disrupciones futuras. Una tasa alta, por el contrario, demuestra que ha invertido en la infraestructura tecnológica, cultural y legal para ser resiliente. Las empresas con una THCF elevada son las que pueden escalar operaciones, acceder a un pool de talento nacional sin fricción y posicionarse favorablemente en un entorno de nearshoring que demanda flexibilidad.
La gestión del teletrabajo ha trascendido la esfera operativa. Es un componente central de la estrategia de riesgo, talento y crecimiento. Integrar estos nuevos KPIs en su dashboard no es una opción, es una necesidad para liderar con una visión completa del panorama de riesgos y oportunidades en el México de 2025.
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